La NASA ha anunciado el desarrollo de GUARDIAN (GNSS Upper Atmospheric Real-time Disaster Information and Alert Network), un sistema experimental de monitoreo que utiliza datos GPS y otros satélites de localización para prever tsunamis con hasta una hora de anticipación.
Este sistema pionero «escucha» el ruido generado por los tsunamis en la atmósfera, aprovechando señales atmosféricas captadas por satélites y utilizando el proceso de datos de la red Global Differential GPS (GDGPS) del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, que mejora la precisión posicional en tiempo real en hasta 10 centímetros.
El sonido: La clave de su funcionamiento
Durante un tsunami, grandes extensiones del océano se elevan y descienden de forma sincronizada, generando un desplazamiento significativo de aire en la atmósfera. Este aire desplazado se propaga en forma de ondas sonoras y de gravedad de baja frecuencia, que alcanzan la ionosfera, la capa superior de la atmósfera cargada eléctricamente y afectada por la radiación solar.
GUARDIAN aprovecha este fenómeno para detectar tsunamis en tiempo real. Aunque las herramientas de navegación suelen corregir las perturbaciones ionosféricas, los científicos han encontrado una utilidad adicional: utilizar estas perturbaciones como una valiosa fuente de datos para identificar peligros naturales. En lugar de considerarlas errores, los expertos interpretan estas perturbaciones como señales de alarma que pueden salvar vidas.
Aunque la tecnología de GUARDIAN aún se encuentra en una etapa de desarrollo, los resultados casi en tiempo real pueden ser analizados por expertos entrenados en la identificación de señales de tsunamis. En tan solo 10 minutos, GUARDIAN puede proporcionar una instantánea del ruido atmosférico generado por un tsunami. Además, este sistema tiene el potencial de proporcionar una advertencia de hasta una hora, dependiendo de la distancia entre el origen del tsunami y la costa.
Actualmente, el equipo de GUARDIAN se enfoca en el Anillo de Fuego del Pacífico, una región geológicamente activa donde se ha registrado la mayoría de los tsunamis confirmados entre 1900 y 2015. El sistema de monitoreo abarca más de la mitad de esta región, que ha sido identificada como una zona de alto riesgo.
Además de los avances en la detección de tsunamis, los científicos también están llevando a cabo investigaciones en el ámbito de los sonidos misteriosos captados en la estratosfera.
Más allá del oído humano: Los misterios de la naturaleza
Un grupo de investigadores encabezado por Daniel Bowman, del Laboratorio Nacional Sandia en Nuevo México, ha estado estudiando los sonidos de baja frecuencia generados por los volcanes. Estas ondas infrasónicas, que no son audibles para los humanos, requieren de equipos especializados posicionados en la estratosfera para su registro.
Los registros obtenidos por el equipo de Bowman han revelado una amplia gama de sonidos, desde explosiones químicas superficiales y truenos hasta olas oceánicas chocando, aviones de hélice, sonidos urbanos, lanzamientos de cohetes suborbitales, terremotos e incluso trenes de carga y aviones a reacción.
Sin embargo, entre todos estos sonidos familiares, también se han captado algunas emisiones cuyo origen aún no ha sido identificado, lo cual ha desconcertado a los científicos.
Estas enigmáticas emisiones representan un misterio fascinante para el equipo de investigadores. Aunque es posible que estén relacionadas con eventos terrestres comunes, no se descarta la posibilidad de que provengan de fenómenos aún desconocidos para la ciencia. Esta incertidumbre alimenta el deseo de comprender mejor el mundo que nos rodea y nos invita a explorar nuevos horizontes de conocimiento.
Estos avances científicos demuestran el constante progreso en la investigación y monitoreo de fenómenos naturales. El desarrollo de sistemas como GUARDIAN permite anticipar y prevenir desastres, brindando una valiosa ventana de tiempo para tomar medidas de prevención, protección y seguridad.
Por otro lado, el estudio de los sonidos en la estratosfera nos sumerge en un mundo de misterio y descubrimiento, desafiándonos a ampliar nuestros límites y expandir nuestra comprensión de la realidad.
A medida que continúan estas investigaciones y se perfeccionan las técnicas de monitoreo, estaremos más preparados para enfrentar los desafíos que nos presenta la naturaleza y explorar los enigmas que aún nos esperan en el vasto universo que habitamos. La ciencia avanza, y con ella, nuestra capacidad de comprender y proteger nuestro planeta y sus misterios más profundos.
*Este artículo ha utilizado fuentes información provenientes de Europa Press y Semana*