Nuevo año, nuevas metas… ¿Y nuevo México? Con la llegada del 2023, muchos analistas ponen el ojo en el desarrollo del país y los objetivos establecidos en tiempos anteriores. Uno de los temas que más se ha estado hablando, y que preocupa al panorama internacional, es el papel de México en su integración con las energías renovables. Una promesa latente y recurrente en cada mandato electoral que interesa a todos, ya sea por el aspecto ético como por el aspecto económico.
Y es que si algo caracteriza a México son sus buenas condiciones para implantar este tipo de energías verdes. Se estima que, con más de 9000 km de costa y en torno a 280 días de sol por año, se podrían obtener óptimos resultados si se aprovechara su potencial. Actualmente, la fuente de energía renovable principal es la energía hídrica, después la eólica y en tercer lugar la energía solar.
México, la gran joya energética
“México posee un gran potencial para generar energía a través de fuentes renovables, ya que cuenta con altos niveles de insolación, recursos hídricos para instalar plantas minihidráulicas, vapor y agua para el desarrollo de campos geotérmicos, zonas con intensos y constantes vientos, grandes volúmenes de esquilmos agrícolas e importantes cantidades de desperdicios orgánicos en las ciudades y el campo.”, explica el gobierno de México, consciente de su potencial.
No obstante, preocupa el enorme uso de energías no renovables y los métodos de extracción actuales , que emiten alrededor de un 60% de gases contaminantes. Estos perjudican directamente en el efecto invernadero por lo que otros países, como EEUU, han llamado la atención a México en los últimos años.
Por otro lado, en los países cercanos se puede observar un ritmo que supera al de México con creces. Por ejemplo, Chile y Brasil mejoraron en la producción de electricidad con energías renovables con un ritmo del 20/22%, siendo su acción renovable ubicada en el 60% y 92%, unas cifras muy altas en comparación.
Debido a esto, México, que “compite” entre los 15 países más contaminantes del globo, prometió un cambio de filosofía sostenible con una importante Ley de Transición Energética. Esta determina que para 2024 el 35% de la electricidad del país provendrá de fuentes limpias.
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Asimismo, en la cumbre del clima de Egipto, donde se vieron acuerdos históricos en energías verdes, México dio su palabra de duplicar la producción de energías renovables hasta el año 2023. Una promesa muy celebrada y de gran relevancia que, según especialistas del sector, tendrá que ser introducida mediante una transformación “extrema” de los procedimientos presentes.
¿Cómo tiene pensado mexicano lograr esto?
A través de la rehabilitación de hidroeléctricas, encabezada por la CFE, y el Plan Sonora, el parque solar más grande de latinoamérica que contará con “explotación del litio, un mineral necesario en la producción de baterías para vehículos eléctricos, la producción de semiconductores y el desarrollo de plantas de energía limpia”, según explica el diario expansión (link).
Numerosos expertos señalan que es una situación difícil de llevar a cabo debido a que se está centralizando todos los objetivos en la CFE, que actualmente controla más del 54% de la producción eléctrica, y el dinero invertido por el momento parece no ser suficiente.
“La mayor parte de la energía verde producida en el país es del sector privado, lo que significa que con la reforma actual se enviará en último lugar, a pesar de ser más barata. Esto eventualmente hará que el sector sea menos atractivo para los actores privados y conducirá gradualmente a un aumento de las facturas de electricidad para los consumidores finales”, opina Jorge Zarco en el portal periodístico PV Magazine.
Por otro lado, ONG Iniciativa Climática, a través de El País, opina que se necesita “una inversión en transmisión para el desahogo de los puntos de generación eléctrica”, pero “la CFE no tiene la capacidad ni los recursos para hacer todo”, respecto a la situación de energías renovables y no renovables en México.
En definitiva, parece ser claro que México tiene las capacidades para llevar a cabo este importante proceso y que el gobierno tiene la intención de hacer el cambio. También, que habrá que remodelar ciertas medidas para alcanzar los objetivos establecidos.
No obstante, la conciencia en energías verdes no es solo cosa de política, comienza desde el ciudadano y pasa por las pequeñas y grandes empresas. Cada paso importa, como la reducción de papel, la reducción de desechos y la contabilización de tu contaminación.
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